miércoles, 20 de febrero de 2008

Siempre que te caigas, recoge algo

Vaamos a ver, hoy no ha sido uno de los mejores días de mi vida, indudablemente. Han salido las notas de la oposición y finalmente suspendí. No es algo que me sorprenda, ya que realmente me lo esperaba, pero si es algo que sorpresivamente me ha molestado.



Y no es por el hecho de suspender en sí, sino por mi falta de ambición, en este caso me he dado cuenta de lo siguiente: las capacidades, se que las tengo, la decisión, se que no.



Se que no es un problema para mi en la actualidad el hecho de no aprobar esta opsosición, y que realmente no estaba muy seguro de querer aprobarla, pero sí que es cierto que los sentimientos que han recorrido mi mente han sido de rabia y frustración, más que por esto en particular, por el rumbo a seguir en general.



Y bien, llegó el momento en el cual todo cambia, siendo seguro que los objetivos finales quedan en mente, sí que cambia la forma de conseguirlos, para ello la primera receta va a ser la de ir soltando lastre, es decir, todos los compromisos que hasta hoy tengo adquiridos voy a mantenerlos, y voy a cumplirlos en el menor tiempo posible, pero en el futuro trataré de que el compromiso principal sea conmigo mismo.



Hablo del futuro, es decir, el futuro inmediato, se que va a ser bastante complicado para mi el hecho de cambiar de estilo de vida, pero si realmente quiero finalmente conservar el que tengo con todo lo que ello conlleva, debo hacer este sacrificio.



Lo que recojo con esta caida, pues creo que me queda claro, el no confiar en una forma excesiva en mis posibilidades de conseguir las cosas con el mínimo esfuerzo, el adquirir una nueva estrategia para la consecución de mis objetivos, y lo que más me va a doler, tratar de ser un poco más egoista y menos altruista.



Como se suele decir, bonitas sine disciplina, mater delictorum est. ¡Ojalá y pueda conseguirlo!

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